Recoger perlas azucaradas para hacerme un collar que refleje la verde claridad de las luciérnagas con olor de espliego y retama. Y ensartarme a un árbol, cargando una mochila llena de sueños de color azul, para compartir nido con un águila de plumas de algodón.
Y después, apaciguar la sed chupando nubes de horchata con el rastrojo del trigo acabado de segar.
¿Quién me puede negar un sueño de utopía? ¿Quién me puede prohibir el gozo de volver a ser un niño? Ni que sea en el breve tiempo de escribir estas líneas.(alf.)
Y después, apaciguar la sed chupando nubes de horchata con el rastrojo del trigo acabado de segar.
¿Quién me puede negar un sueño de utopía? ¿Quién me puede prohibir el gozo de volver a ser un niño? Ni que sea en el breve tiempo de escribir estas líneas.(alf.)